martes, 1 de julio de 2014

La serpiente y la luciérnaga

La serpiente y la luciérnaga

…Cuenta la leyenda, que una vez una serpiente empezó a perseguir a una luciérnaga, ésta huía rápido con mucho temor, de la feroz depredadora, y la serpiente no desistía de perseguir la indefensa criatura. Huyó un día y ella no desistía, dos días y nada. Al tercer día, ya sin fuerzas, la luciérnaga paró y le dijo a la serpiente:  ¿Puedo hacerte tres preguntas?. La serpiente respondió: No acostumbro a dar este precedente a nadie, pero como igual te voy a devorar puedes preguntar.
Uno: ¿Pertenezco a tu cadena alimenticia? No, contestó la serpiente.
Dos: ¿Yo te he hecho algún mal?. No, volvió a responder.
Tres: Entonces, ¿Por qué quieres acabar conmigo?. Porque  no soporto verte brillar…!     
…Así, muchos de nosotros nos hemos visto envueltos en situaciones donde nos preguntamos: ¿Por qué me pasa esto si yo no he hecho nada malo?. Sencillo: Porque no soportan verte brillar, avanza, prosperar.  La envidia es el  peor sentimiento que podamos tener. Que envidien tus logros, tu éxito, que envidien verte brillar.


…Cuando esto pase, no dejes de brillar, continúa siendo tu mismo, sigue dando lo mejor de ti, sigue haciendo lo mejor, no permitas que te lastimen, no permitas que te hieran.  No permitas que nadie te robe tu sueño, sigue brillando y no podrán tocarte, porque tu luz seguirá intacta, tu esencia permanecerá, pase lo que pase.
Moraleja:  No hay que envidiar al que brilla, simplemente hay que imitarlo.

…Confía en el Señor con todo tu corazón. El éxito se trata de tener tu conciencia limpia, tu dignidad invicta y tu deseo de ser más no de tener más.
Colocenses 3.23-24 “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres, sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís.”

Dominio Público